2.1 LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA
En sus inicios, el territorio bizantino comprendía los Balcanes, Grecia, Asia Menor, Siria y Egipto. Desde el siglo V, su historia atravesó por períodos de auge y de decadencia.
› En el siglo VI, el imperio alcanzó su mayor esplendor con Justiniano I (527-565). Este emperador quiso restablecer la unidad del antiguo imperio romano y conquistó diversos territorios en el Mediterráneo. Pero, a su muerte, la mayoría se perdieron.
› En el siglo VII, los musulmanes conquistaron las provincias más ricas (Siria, Palestina y Egipto), reduciendo considerablemente su territorio.
› Desde mediados del siglo XI, Bizancio atravesó una profunda crisis. Finalmente, los turcos acabaron conquistando Constantinopla (1453) y pusieron fin al imperio.
2.2 EL GOBIERNO Y LA ADMINISTRACIÓN
› El gobierno del imperio bizantino recaía en el emperador, que desde el siglo VII adoptó el título griego de basileus.
El emperador concentraba todo el poder. Para gobernar, se ayudaba de numerosos funcionarios y de una legislación basada en el derecho romano, que fue recopilada y actualizada por Justiniano en un código: el Corpus luris Civilis.
› La administración se organizó en provincias dirigidas por un jefe político y militar. En ellas desempeñaron un papel fundamental la caballería y la armada.
2.3 LA ECONOMÍA BIZANTINA
› La agricultura era la base de la economía bizantina. La mayoría de las tierras eran latifundios, grandes propiedades que pertenecían a la nobleza y a los monasterios y eran trabajadas por siervos.
› La artesanía elaboró artículos de lujo, como tejidos de seda, tapices, orfebrería, marfiles y esmaltes.
› El comercio se benefició de la estratégica situación de Constantinopla entre Europa y Asia y entre los mares Mediterráneo y Negro.
A Bizancio llegaban seda de China; especias, marfil y perlas de la India; y ámbar, pieles y trigo del norte de Europa.
LORENA CONDE GÓMEZ 2º ESO C
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