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2. LA ECONOMÍA FEUDAL
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2. LA ECONOMÍA FEUDAL
2.1 La organización del señorío
La europa medieval era un mundo agrario en el que la riqueza se fundamentaba en la posesión de la tierra. El centro de la actividad económica eran los feudos o señoríos, grandes territorios pertenecientes al rey, o concedidos por este a la nobleza y al clero a cambio de sus servicios. Los señoríos constaban de dos partes: la reserva señorial y los mansos.
La reserva señorial era el territorio explotado directamente para el señor. Incluía su residencia `él castillo o la casa señorial´ las mejores tierras de labor, que eran cultivadas por siervos o campesinos libres ; prados con pastos para el ganado; bosques donde cazar y obtener leña; y ríos donde pescar y aprovisionarse de agua.
Los mansos eran pequeña parcelas ortogadas o arrendadas por el señor a los campesinos. A cambio, debían entregarle una parte de su cosecha y trabajar las tierras de la reserva señorial algunos días del año, como arar en primavera, cortar las hierbas o recoger la cosecha. También debían prestar al señor ciertos servicios: domésticos, de construcción, hacer reparaciones, etc.
2.2 El trabajo en el señorío
Los señoríos eran autosuficientes; es decir, en ellos se realizaban las tareas agrarias y se fabricaban todos los artículos necesarios para la vida cotidiana.
El trabajo de la tierra empleaba herramientas rudimentarias, como la azada, la hoz, la guadaña, y el arado romano tirado por bueyes, que era poco pesado y apenas profundizaba en el suelo. Y para mantener la fertilidad de la tierra se practicaba la rotación bienal, que dejaba cada año en barbecho la mitad de la superficie. Como consecuencia, los rendimientos de la tierra eran muy escasos.
La fabricación de los artículos necesarios para la vida se realizaba en los talleres del señorío: herrería, carpintería tonelería, etc. Algunas instalaciones, como el molino, el lagar, el horno, la prensa o el puente, eran propiedad del señor, que cobraba impuestos a los campesinos por utilizarlos.
El comercio, por tanto, era muy escaso. De el solían encargarse mercaderes ambulantes que se desplazaban entre los señoríos.
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